Redacción
Por: Félix Miranda Quesada
Ha finalizado un proceso electoral de elecciones municipales 2020; proceso que, acertada o erróneamente, solemos denominar una "fiesta". Fiesta que, por asuntos de pasión, sentimentalismo, ignorancia o, más aplicable a ciertos sectores, carencia de inteligencia emocional, mezclamos con "pleitecillos" o pleitos que van, desde el pleito tipo familiar, hasta pleitos nivel "potencias mundiales"; con posibilidad de destruir amistades y hasta otro tipo de relaciones.
Lo anterior no es nuevo y se ha convertido más bien, en una cultura y, talvez, no tenga nada de malo si se estila como práctica efímera; "no se ponga el sol sobre vuestro enojo", decía San Pablo, el escritor bíblico. Y es que, nadie puede asegurar que hayan ganado los malos o los buenos. Recuerda que usted (y yo, claro está) alguna vez votamos por una persona y un partido político que después hemos criticado y hasta condenado. Claro, cuando el tiempo nos quitó la razón que tuvimos cuando emitimos el voto. De igual manera, pudo haber sucedido que alguna vez alabamos personas por las que no habíamos votado, por haber realizado una buena gestión, por su honestidad y transparencia. Esto, no admite discusión, porque así es, ha sido y será.
¿Qué sigue?
La expresión "fuerzas vivas" la hemos escuchado durante muchos años y, estamos conscientes que no se refiere, precisamente, a grupos políticos ni a funcionarios públicos en particular "fuerzas vivas del cantón" se refiere a usted, a mí, a su familia, a mi familia, a sus compañeros de trabajo, líderes apolíticos, con o sin religión. Y, talvez, sería mas apropiado llamarlas "fuerzas productivas" que, en última instancia, son aquellas que producen bienes y servicios en los diferentes campos como la agricultura, la salud, la educación y otros servicios esenciales; generalmente por un pago, justo o no, previamente convenido como parte de un derecho y una necesidad. Sin olvidar, algunos grupos de fuerzas vivas y productivas que, con algo de filantropía, trabajan arduamente por el bienestar de las comunidades sin pago alguno.
Se debe recordar o tener en cuenta que, ni el Gobierno Central ni los Gobiernos Locales producen, solo producen los trabajadores y las empresas. Usted talvez pensará que, el Gobierno Local o el Gobierno Central producen servicios como la recolección de la basura, la electricidad y otros servicios. Ese es un juicio muy relativo. De acuerdo con los economistas, uno de los FACTORES DE PRODUCCIÓN es el capital. ¿Pero, se ha puesto a pensar quién o quiénes aportan el capital de los países? Correcto, usted, yo, su vecino, sus familiares, a través del pago de nuestros impuestos. ¿O sabemos de algún gobierno o alguno de los poderes de la República, que financien lo que dan; financien, por ejemplo, los miembros del Poder Judicial, la Administración de Justicia? ¿O que, los miembros del Poder Legislativo financien la creación y emisión de Leyes? ¿O que, los miembros del Poder Ejecutivo financien la ejecución de los proyectos de desarrollo? ¿No, verdad? Eso nos ayuda a reflexionar cuáles son las Fuerzas Vivas de un país.
En consecuencia con lo anterior ¿qué sigue? Continuar trabajando, continuar estudiando, continuar emprendiendo, continuar colaborando y, sobre todo, continuar fortaleciendo la democracia de nuestro país que, aunque lo pongamos en tela de duda, podríamos perderla. Piénselo.
¿O, creímos que, de ganar nuestro partido o candidatos de preferencia, la vida se nos haría más fácil? ¿Que tendríamos que laborar menos horas? ¿Que se nos pedirían menos requisitos para acceder a un puesto de trabajo? ¿O que, deberíamos estudiar menos para alcanzar ese título que nos abriría las puertas a nuevas oportunidades? No y no. Piénselo. Y, aunque en algunos casos podría ocurrir, serían pocos casos, sin duda alguna estaríamos ante alguna irregularidad y, tarde o temprano, veríamos las consecuencias.
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